En SUEÑOS DE TINTA,
Reine regala a Alice un libro por el cual sabe que sentirá fascinación: Vindicación de los derechos de la mujer
de Mary Wollstonecraft, una primera edición de 1792. ¿Y quién era esta mujer os
preguntareis? Pues aparte de ser la madre de nuestra querida Mary Shelley
(autora de Frankenstein), es una mujer a la que debemos mucho, no solo por expresar
abiertamente sus ideas cuando las mujeres aún no se nos permitía tener voz,
sino por abrir el camino hacia el movimiento feminista. Ella abrió mentes y
corazón por la causa.
Aunque la mención en mi
novela no deja de ser simplemente anecdótica, debo dedicarle esta entrada por
ser la precursora más notable de la historia del feminismo.
Mary Wollstonecraft (1759-1797)
a mi modo de ver era una revolucionaria. Actualmente se la reconoce como
escritora y filósofa, pero como suele pasar, también por su vida amorosa,
escandalosa en aquella época. Sí, ya entonces la gente parecía más interesada
en la vida sexual de una persona que no en lo bien amoblado que tenía el
cerebro. Y es que Wollstonecraft no llevó una vida solitaria a pesar de sentir
repulsión por el matrimonio, o eso nos lleva a pensar sus últimas novelas Mary 1788 y María 1798. En esta última novela inacabada es cuando su
pensamiento se vuelve más radical y declara abiertamente las injusticias que
sufren las mujeres.
No obstante su obra más
conocida fue Vindicación de los derechos
de la mujer, escrita en 1792 (dos años antes había escrito Vindicación de los derechos del hombre).
En ella expresaba sus ideas poco convencionales para la época. Defiende el
derecho a la educación, pero también viene a ser una guía de como una debe
comportarse además de ser una especie de tratado político. No he tenido el
placer de leer más que fragmentos que en su día alguien tuvo a bien
recomendarme, pero creo que hacerle caso a este escrito de hace tantos siglos
es lo mínimo que una feminista puede hacer.
Como he dicho antes,
para Wollstonecraft era fundamental defender el derecho de la mujer a acceder a
la educación. Postulaba que las mujeres no eran inferiores a los hombres,
simplemente esa visión (la de mujeres superficiales sin más ambición que la de
conseguir un marido) era debida a que no podían acceder a una educación
adecuada como hacían ellos. De hecho este tema era tan importante para ella que
sus dos primeras obras trataban sobre ello: Reflexiones
sobre la educación de las hijas 1787 e Historias
originales 1788.
Mujer inteligente y
segura de sus pensamientos, expresó muchas ideas que no eran precisamente
populares. Comparó la monarquía absoluta con el poder que los hombres ejercían
sobre las mujeres, y no creo yo que fuera desencaminada. En aquella época
incluso aquellos que se denominaban caballeros y defendían a las mujeres,
posiblemente no hacían más que gala de un despotismo ilustrado paternalista. Algo
así como: proteger a las mujeres sin que ellas puedan decidir por sí mismas,
porque no saben lo que les conviene.
A veces se la ha
criticado por no exigir el voto femenino, pero… ¡Era el siglo XVIII! Mucho me
temo que ni siquiera los hombres podían ejercer su derecho libremente.
En definitiva, espero
que sepáis un poquito más sobre esta mujer y recordéis no solo su nombre MARY
WOLLSTONECRAFT sino también todo lo que se atrevió a decir y hacer en una época
donde la mujer podía hacer poco y decir todavía menos.